Registro de ejercicio biomimético
Registro de ejercicio biomimético, 2017-2018
Proyecto de Virginia Buitrón
Acción, dibujo y video: registro físico y audiovisual de dibujo realizado por larva de Hermetia Illucens y copia en simultáneo realizada por la artista.
Dos dibujos enmarcados de 27,5 x 42 cm cada uno y video monocanal sin sonido de 2 min 49 seg
Registro de ejercicio biomimético es un proyecto que recupera la práctica de la copia. La artista repara en la diferencia entre el hecho de copiar obras maestras, como un hábito que nutrió una de las tradiciones de las escuelas de Bellas Artes, y los procesos implicados en el compostaje, que no tiene ni jerarquías ni centro. Visualiza la potencia existente en ese entretejido simbiótico entre animales, humanos y no humanos, microorganismos y otros agentes (viento, lluvia, sol, luna) para transformar la materia. Y reivindica así a la biomímesis, como una ciencia que estudia los modelos de la naturaleza para imitar o inspirarse en los diseños y procesos biológicos con el objetivo de resolver problemas humanos.
Bajo esta órbita, esta obra se basa en el registro de una sesión en la que se reproduce en simultáneo el trazo generado por una larva de Hermetia Illucens, que es una de las especies que contribuyen a los procesos de compostaje (se alimentan durante tres semanas y abastecen el abono orgánico), sobre una superficie de papel con lixiviado de compost.
La artista señala que además del compost y los feminismos, las Hermetia fueron fundamentales en su proceso de deconstrucción. Fueron sus aliadas en ese devenir-con ya que le ayudaron a ver otras derivas del dibujo gestando un tipo de colaboración interespecies.
Me planteé el desafío de aprender de un ser abyecto, anónimo e insignificante y que además su nombre se utiliza como sinónimo de holgazanería: larva. Coloqué en una mesa dos papeles iguales yuxtapuestos y en el centro de cada hoja un poco de lixiviado de compost. En la hoja izquierda puse una larva. Esperé bastante tiempo hasta que ésta rompió el círculo. Copié al unísono cada marca que ella iba realizando controlando mi ansiedad y torpeza, respetando las pausas de mi pequeña maestra”.
Si bien Virginia Buitrón está convencida de que no ha logrado aún dibujar como una larva, sostiene que las larvas alimentaron en forma definitiva su interés en los procesos antes que en los resultados, llevándola a ver que el tiempo de la naturaleza no es el del mercado y, en consecuencia, a contaminarse del saber afectivo interespecies. Por eso recupera los postulados de Marion Zilio, que afirma que “la larva es la figura de la desobediencia civil y de lo ingobernable”. De hecho, “es el entre-dos como identidad, pero también es una figura de lo indomable, lo indomesticable y las existencias marginales. Así pues, el capitalismo de vigilancia no puede hacer nada contra la vida si ésta sigue siendo una fuerza mutante, en transformación y en perpetua desidentificación”.
Para la artista, compostar fue un antes y un después en su vida. “A medida que fui contemplando los cambios de ese conglomerado de residuos domésticos y sus casi imperceptibles agentes, fui modificando mi forma de ver el mundo y estar en él”.
Peregrinajes de la obra
La obra fue exhibida en el marco de la exposición Diapausa, realizada en el Centro Cultural Borges, Buenos Aires, Argentina, en 2023 con texto de Paula Bruno Garcén.
También formó parte del 96° Salón de Mayo, exhibido en el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, Santa Fe, Argentina, y del Premio Itaú 2018, presentado en la Casa Nacional del Bicentenario, Buenos Aires, Argentina.
Virginia Buitrón (Quilmes, Pcia de Bs. As, 1977). Es artista visual egresada de las Escuelas de Bellas Artes Carlos Morel y Prilidiano Pueyrredón. Trabaja con la agencia de seres no humanos y organismos naturales. Fue galardonada con el Premio estímulo por el Ministerio de Cultura de la Provincia de Santa Fe (2023), Premio adquisición a la tercera mejor obra del 110 ° Salón Nacional (2022), Premio UNNE (2022), Premio Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires (2021) y el Gran Premio Kenneth Kemble (2018). Formó parte del proyecto “El libro de las diez mil cosas” de La Intermundial Holobiente para Documenta 15, Kassel donde también exhibió el dispositivo QK2022. Participó en residencias artísticas en Argentina, Colombia y Chile. Recibió las Becas FNA Creación (2018), Formadores (2021), Beca Oxenford (2020) entre otras. Publicó el cuento para infancias “La cubeta mágica o el gran equipo minúsculo”, en el marco de la muestra Simbiología, CCK. Fue jurado del Premio Kemble 2023 y es docente de la cátedra Medios audiovisuales e imagen digital de la EMBA C. Morel. Su obra fue exhibida en Museo Moderno de Buenos Aires, Casa Nacional del Bicentenario, CCK, Museo Rosa Galisteo, MACRO, EAC (Uruguay), Fundación Fortabat, entre otros y forma parte de las colecciones públicas del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Palais de Glace, Museo René Brusau y Museo Petorutti.
