Río Turbio
Río Turbio, 2020
Proyecto de Tatiana Mazú González
Video monocanal: HD color y blanco y negro
Sonido espacializado 5.1
82 minutos
Río Turbio es un pueblo minero al extremo sur de la Patagonia que se formó en los años 40, cuando el Estado decidió explotar los yacimientos de carbón. Se pobló a partir de la llegada de varones para trabajar en la mina. Las primeras mujeres que llegaron fueron prostitutas. O sea, mujeres “al servicio de” los mineros establecidos. Luego, algunos arrastraron a sus esposas hasta allí. En la época se las llamaba T.A.F: “traídas a la fuerza”. Por esos años, según se dice, sonaba una alarma que retumbaba por todo el pueblo cada vez que había un accidente en la mina a raíz de la vigencia de un mito, que se repite en otros pueblos mineros del mundo con variantes locales. Este parte del principio de que la tierra es hembra y los minerales son sus frutos, extraíbles sólo por los varones que la penetran. Y predice que, si luego de un derrumbe una mujer entra al socavón a socorrer a su marido, la Tierra se pone celosa y su enojo provoca otro derrumbe que aplasta también a la mujer.
La activista feminista y realizadora documental de Río Turbio señala que, hasta hoy, buena parte de la población sostiene que una Viuda Negra vaga por los túneles, como una suerte de advertencia para que ninguna mujer vuelva a intentar ingresar a la mina. “Todavía hoy, aunque no hay ninguna norma escrita que lo determine, las mujeres no podemos ingresar a mina”. En este sentido, Río Turbio es lo que se dice “un pueblo de hombres”, y una condensación de aquello en lo que la burguesía ha convertido al mundo que habitamos: “una mezcla sórdida de destrucción de la naturaleza con opresiones de clase y género”, tal como dice Tatiana, la autora de este documental experimental.
Río turbio parte de una oscura experiencia personal para transformarse en una película sobre el silencio de las mujeres que habitan pueblos de hombres. Tatiana se pregunta: ¿Cómo filmar donde nuestra presencia está prohibida? ¿Cómo grabar las resonancias de lo que no suena? Mientras la niebla y el humo de la usina eléctrica cubren el pueblo, las voces de las mujeres de este pueblo se abren paso con fuerza entre el blanco del hielo y los zumbidos de las máquinas perforadoras, hasta hacer saltar por los aires la estructura del silencio.
Peregrinajes de la obra
El film Río Turbio fue realizado con el apoyo de la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires 2019, y exhibido en los siguientes festivales y bienales:
Tatiana Mazú González. Buenos Aires, 1989. Vive en las afueras de la ciudad entre gatos y plantas, en la que antes era la casa de su abuela. Es realizadora documental-experimental y trabaja con la imagen y el sonido en un sentido amplio Activista feminista y de izquierda, que alguna vez quiso ser bióloga o geógrafa: hoy su imaginario explora los vínculos entre las personas y los espacios, lo microscópico y lo inmenso, lo personal y lo político, lo infantil y lo oscuro. Filma, fotografía, dibuja, diseña y cose. Es parte del colectivo Antes Muerto Cine. Formó parte de Silbando Bembas, colectivo de cine militante. Sus películas El estado de las cosas (2012, junto a Joaquín Maito), La Internacional (2015), Caperucita roja (2019) y Río Turbio (Prix Georges de Beauregard FID Marseille 2020) han sido seleccionadas y premiadas en FID Marseille, Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, FICUNAM, DocLisboa, Festifreak, Transcinema, Cinélatino. Rencontres de Toulouse, SEMINCI, Cámara Lúcida, FICICosquín, FIDOCS, Antofacine, FICC Iquique, AricaDoc, MIDBO, Anthology Films Archive, entre muchos otros espacios. Participó en 2015 de Berlinale Talents BA.
Ha recibido apoyo para realizar sus películas de Bienal de Arte Joven de Buenos Aires, BoliviaLAB, AcampaDOC Labex, Festival de Cine Migrante, Arché-DocLisboa, INCAA – Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, Corriente No ficción, Fondo Nacional de las Artes, Mecenazgo Cultural de BsAs y Universidad Nacional de las Artes. Es montajista de Retrato de propietarios de Joaquín Maito (junto a Manuel Embalse, Best Debut Film en IDFF Ji.hlava 2018), de Puede una montaña recordar de Delfina Carlota Vázquez (RIDM 2021, É tudo verdade 2021), Fuego en el mar de Sebastián Zanzottera (Visions du Réel 2022) y Un silencio sísmico de Julián Galay (2023). Acompañó a Manuel Embalse en el montaje de su largometraje ¿Qué hago en este mundo tan visual?. Actualmente, se encuentra trabajando en sus próximas películas como directora: Todo documento de civilización y Dios autor de todo -dirigida junto a Joaquín Maito y Nacho Losada-. Y como montajista de Las ruinas nuevas de Manuel Embalse, Nunca seré policía de Carolina Moscoso y Mujer periferia de Sol Bolloqui. También es parte del equipo de trabajo de Los cruces de Julián Galay, como fotógrafa y colaboradora general. Ha acompañado proyectos y dictado seminarios como parte de ABC Bafici (Argentina), UnionDocs (Portugal), Ciclo Rosa . Laboratorio de escrituras queer (Colombia), DocMontevideo (Uruguay), Frontera Sur LAB (Chile), entre otros espacios. Coordina talleres grupales esporádicamente y realiza acompañamiento individual de proyectos cinematográficos.